.............Directiva de Ex-Alumnos...............

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Juan Carlos Muñoz, Patricio Dekovic, Hugo Rueda, Wilma Hidalgo, Enrique Ibarra, Hermann Mondaca

23 noviembre, 2006


Entre el bien y el mall

Por Hermann Mondaca Raiteri
La Estrella de Arica, Jueves 23 de noviembre de 2006

Hace un par de años en la ciudad de Los Angeles, no la californiana, sino la chilena, se debatía acerca de las transformaciones que generarían en el centro de la ciudad el establecimiento de un mall. En medio del debate alguien acuñó esta frase que he ocupado como título, para exponer ideas relacionadas con la modernidad, el endeudamiento y la privatización de los sueños.

Pareciera ser que la ansiada modernidad pasó de largo por nuestra ciudad o como ya es habitual llegará muy tardíamente. En efecto, la instalación de grandes mall donde concurren múltiples servicios y tiendas que se pueden ver en otras ciudades de Chile o las salas de multicine, simplemente no se han instalado por estos lados. En muchas regiones los mall son plazas y referentes de la ciudad, lugares de sociabilización y encuentro. Más allá del bien y el mal, en regiones los centros comerciales son un real aporte en modernidad a la ciudad. En Arica habrá que esperar a que eso ocurra. Pero si bien no existe un "Templo del Consumo", eso no quiere decir que el nivel de endeudamiento por el consumo en nuestra ciudad sea menor al resto de Chile. Diversos estudios concluyen que cada chileno en promedio tiene una deuda de consumo equivalente a 7,5 veces el ingreso per cápita mensual. Si se consideran las deudas hipotecarias, la cifra se duplica. Se tiende a consumir mucho más de los ingresos reales de las familias.

La fuerza de la publicidad y el mercado han generado cambios conductuales enormes fomentando una cultura consumista extendida en nuestra sociedad. Las personas con el acceso al crédito se "sienten parte del mercado" y al consumir o comprar se genera un efecto de "realización momentánea" en el mercado, que se desvanecerá poco a poco al enfrentar el pago de las cuotas o créditos.

La soberbia y la exaltación del ego se asocian al exitismo empresarial y se combinan con la compra de algún bien. La envidia se fomenta con tener mejores productos que el vecino. La gula se exalta mostrando productos que un quinto de los ariqueños nunca podrán degustar. La lujuria se promueve con cervezas y la denigración de la mujer como objeto de consumo. Si bien el consumo privatiza nuestros sueños y nos hace perder la cabeza, es bueno saber que existen alternativas. La alternativa de la soberbia es la humildad; de la envidia el desapego; de la ira la tolerancia; de la pereza el compromiso; de la avaricia el compartir; de la gula la sobriedad; de la lujuria el amor. Con este enfoque la vida cotidiana y las próximas navidades serán para usted un placer y no un martirio.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es muy loable denunciar los negativos efectos del consumismo en los aspectos éticos y morales como en el endeudamiento que necesariamente implica, pero más lo sería que se practicaran las bondades virtuosas de humildad, desapego, tolerancia, compromiso, del compartir, la sobriedad y amor, no solamente en las navidades sino en la vida cotidiana.

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