.............Directiva de Ex-Alumnos...............

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Juan Carlos Muñoz, Patricio Dekovic, Hugo Rueda, Wilma Hidalgo, Enrique Ibarra, Hermann Mondaca

06 noviembre, 2004

LA CAMINATA DEL 7 DE JUNIO

Como parte de las tradiciones ariqueñas, los estudiantes realizabamos en el liceo una preparación paramilitar, para luego efectuar una simulación del asalto y toma del Morro de Arica por las tropas chilenas en la guerra de 1879 contra Perú y Bolivia, que permitió anexar la ciudad de Arica al territorio nacional.

Se realizaban marchas militares y preparación física para aprender a recibir órdenes y disciplina. Luego el día y hora señalados en la historia, se acampaba entre cerros de arena desde donde se iniciaba la caminata vestidos de uniforme, con mochilas y cantimploras, recorriendo varios kilómetros de desierto en medio de la oscuridad de la noche para llegar a la luz del día con los pies destrozados por el roce de las botas con la arena y el sudor, y llenos de ampollas hasta el Morro donde se efectuó la última batalla, la actividad culminaba en un desfile militar en el acto conmemorativo junto a las fuerzas armadas y frente a las autoridades y público masivo que se reunía a los pies del morro el 7 de junio a recordar esta gesta. (Extracto de "A 30 años del nacionicidio en Chile"). También hay un artículo de Eduardo Guerra, en http://www.infoarica.cl/tombrad/caminata.htm alusivo a la caminata.
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19 febrero, 2004


VEU CONTRA GAE

Pero la efervescencia de los acontecimientos, llegaría en forma de elecciones estudiantiles para el Centro de Alumnos del Liceo ese año de 1968.

Todo empezó como un juego, mitad en broma, mitad en serio. Nos reunimos un grupo de estudiantes a conversar sobre los posibles candidatos, y nos dimos cuenta que los ya proclamados eran militantes de los partidos o juventudes tradicionales.

El liceo nunca había tenido un gobierno estudiantil de izquierda y en los últimos años habían sido democratacristianos que nada bien lo habían hecho. Así fue que se nos ocurrió ¿porqué no proclamar un candidato entre los nuestros sin partido?. Esto parecía un desafío sin precedentes, pues se trataba de enfrentar al partido más poderoso en el gobierno y a su maquinaria política y propagandística, la Democracia Cristiana.

Por otra parte, tampoco permitiríamos una composición dirigente partidista de izquierda de comunistas, socialistas o radicales, por nuestra posición independiente sin partido.

El candidato tendría que ser un estudiante popular, principalmente entre las mujeres y la base principal de su discurso un programa estudiantil atractivo y sentido por los estudiantes, recogiendo las principales reivindicaciones y anhelos tantas veces frustrados. El candidato fue nominado en ausencia, pues se encontraba enfermo sin sospechar siquiera su designación.

Sin definirnos como “apolíticos” o “gremialistas” como hace la derecha para engañar a los sectores menos politizados y concientes, nos autodefinimos como “independientes de izquierda”, pues eso era lo que éramos, un grupo de estudiantes con ideas progresistas, sin militancia y con grandes ideales y deseos de cambios, sensibilizados con la cuestión social.

Nuestra lista de candidatos y nuestra tendencia se definió como “Vanguardia Estudiantil Unida” (VEU), teniendo como antagonista a la del “Grupo de Acción Estudiantil” (GAE) de la Democracia Cristiana.

La estrategia era clara, teníamos que unir primero a todos los estudiantes de izquierda, subordinando a los dirigentes juveniles que militaban en los partidos tradicionales, pues nuestro discurso era contra un grupo de estudiantes manipulados por el partido de gobierno. Nos reunimos con cada uno de los partidos y sus juventudes para explicarles que sólo era posible un triunfo de izquierda con dirigentes independientes debido al anticomunismo, convencerlos de nuestro compromiso social y nuestros ideales de izquierda y pedirles su apoyo.

Fue una tarea ardua y difícil para un grupo de estudiantes inexpertos sin organicidad política, convencer a partidos que llevaban años de lucha por conseguir el poder, ganar el gobierno y cada instancia posible, que además se preparaban para ganar las elecciones de 1970, pero lo logramos, las juventudes comunistas, socialistas y radicales, retiraron a sus candidatos legítimos y apoyaron a nuestro candidato independiente. Fue quizás un adelanto microscópico de lo que sería la Unidad Popular como alianza política amplia para llevar a Salvador Allende a la presidencia de Chile.

Nuestro programa electoral era bastante radical, contemplaba no sólo conseguir mejores laboratorios, canchas deportivas, orientación vocacional, competencias deportivas, trabajo voluntario, campañas de alfabetización, actividades culturales, sino una instancia de participación inédita de los estudiantes en un Gobierno Tripartito del liceo, junto a profesores y apoderados para definir las políticas y realizar la toma de decisiones fundamentales en la vida estudiantil y académica. Había también un cuestionamiento a los profesores carentes de pedagogía que nos impartían clases con métodos obsoletos y evaluaban arbitrariamente a los estudiantes.

Pero nuestra principal labor de convencimiento fue entre los estudiantes de los primeros años y uno de sus líderes que levantó su candidatura, también independiente. Fue en múltiples asambleas de estudiantes en que dimos a conocer nuestro programa y discutimos con el conjunto de los estudiantes que logramos la completa unidad, comprometiéndonos a respaldar al candidato alternativo en las elecciones siguientes, cuestión que cumplimos al terminar nuestro gobierno estudiantil y egresar del liceo para estudiar en la universidad.

La labor sala por sala entre los estudiantes de los séptimos años, fue decisiva para lograr el triunfo de la VEU, y por primera vez un gobierno estudiantil cumplió cada uno de sus propósitos plasmados en el programa electoral, lo que significó no sólo un respaldo unánime de todos los estudiantes, incluyendo a los opositores, sino que nos convirtió en vanguardia efectiva de todos los estudiantes secundarios de Arica en las movilizaciones callejeras, en los trabajos voluntarios, en la campaña de alfabetización, en los eventos culturales y deportivos realizados en el Fortín Sotomayor, y en la Fiesta de Clausura del Año Académico donde los estudiantes por primera vez participaron de uniforme para impedir que los de menores recursos se excluyeran por no tener ropa adecuada.

Nuestra confrontación con Eduardo Frei fue directa cuando este visitó la ciudad y realizó un discurso en nuestro liceo y fue criticado con respeto pero con firmeza por nuestro Presidente del Centro de Alumnos.

Las movilizaciones contra el gobierno democratacristiano en las calles contra su política de bajos salarios, cesantía y represión, culminó con la toma del liceo por más de un mes, lo que nos valió hasta una nota en El Mercurio situándonos en la noticia nacional. (Extracto de: "A 30 años del nacionicidio en Chile").
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SI DESEAS LA PAZ, PREPÁRATE PARA LA GUERRA

Estando en pleno gobierno estudiantil, el Ejército inauguró en 1969 un programa especial de conscripción militar voluntaria entre los estudiantes secundarios del liceo de Arica. Lo vimos como la gran oportunidad de conocer el manejo de las armas y la preparación que tanto necesitábamos para defender nuestros ideales democráticos, patrióticos y libertarios.

Hasta ese momento era tradición en Chile que los estudiantes secundarios pasaran a la “reserva sin instrucción” por su condición de estudiantes y ninguno quisiera hacer el servicio militar, buscando por el contrario la forma de “sacárselo” al cumplir 18 años, aludiendo múltiples razones de salud, baja estatura, hijo de madre viuda, etc.

El núcleo dirigente estudiantil dimos un paso al frente y muchos estudiantes junto con nosotros lo hicieron. Teníamos sólo 16 años, pero la decisión y la energía necesaria para afrontar esta responsabilidad en consecuencia con nuestros ideales.

Durante dos años, teníamos clases en el liceo por la mañana hasta medio día, almorzábamos, nos colocábamos el uniforme y nos íbamos al regimiento Rancagua a recibir la instrucción entre la 14:00 y las 18:00 hrs. de lunes a viernes.

Las vacaciones de invierno y verano, las dedicamos a realizar campañas fuera de la ciudad, al interior de Arica en la precordillera.

Conocimos la estructura interna de las FFAA, sus mandos, sus códigos militares, su disciplina, su entrenamiento, su doctrina e ideología y por supuesto el manejo del armamento de servicio.

Nos dimos cuenta de la división social entre oficiales, suboficiales, clases y soldados, no sólo por una cuestión jerárquica y disciplinaria, sino por una cuestión social y política vinculada al origen familiar, nivel educacional, económico y cultural e ideológico.

Quizás lo que más nos impactó, fue el profundo desprecio de los militares hacia la sociedad civil y la clase política. Nos percatamos de un profundo resentimiento militar, en el que se sentían herederos y únicos tributarios del patriotismo, el heroísmo y el manejo eficiente del Estado o de las cuestiones de Estado vinculadas al interés nacional.

Los únicos capaces de defender al país desde sus cuarteles frente a una amenaza vital de la nación toda. La clase política y dirigente era corrupta e indisciplinada, carente de voluntad y de patriotismo.

La disciplina y la obediencia se inculcaban y obtenían a través del castigo físico, la presión psicológica, la humillación y el ridículo.

Nosotros éramos soldados transitorios, pues nos esperaba un futuro profesional, cumplido nuestro servicio militar y éramos desde ese punto de vista, futuros representantes de esa sociedad civil que nuestros oficiales tanto despreciaban.

Como soldados, nuestros aliados naturales fueron los clases, cabos y sargentos instructores que se sintieron identificados con nosotros por nuestro valor de enfrentar, desafiar y en más de una oportunidad desobedecer a los oficiales, incluso poniéndolos en ridículo, al vencer su prepotencia y colocando en evidencia su ignorancia.

La oficialidad era admiradora del nazi fascismo alemán de quienes se sentían herederos, sintiéndose orgullosos de tener fotos de Römmel o Hitler en sus casas. Esto era congruente con las marchas militares alemanas como Lily Marleen que se cantaban y amenizaban los desfiles militares y que nosotros aprendimos durante la instrucción.

Podíamos esperar entonces, la aplicación de torturas, como parte de los métodos normales de instrucción en una simulación de guerra. Sabíamos que como parte del entrenamiento, en algún momento seríamos víctimas de un asalto por fuerzas especiales o boinas negras, que nos harían prisioneros y nos proporcionarían castigo físico.

Tuvimos entonces la precaución de guardar balas de guerra en nuestras botas cada vez que realizamos maniobras y entrenamientos de tiro con fusil y ametralladoras. También organizamos grupos de contrainteligencia que estando en campaña, nos deslizábamos cautelosamente “a punta y codo”, luego que se apagaba la luz del campamento y se ordenaba dormir, hasta la carpa de los oficiales a escuchar la planificación diaria.

Así fue como nos enteramos una noche que al día siguiente seríamos atacados mientras dormíamos por un comando de fuerzas especiales, previa colocación de trotil (explosivo de instrucción) alrededor de nuestras carpas, que explotarían a las 12 de la noche, situándose dos camiones a 50 metros que encenderían reflectores para deslumbrar a los soldados que despertarían y tratarían de salir, saltando los comandos y corriendo hacia las carpas a tomar prisioneros de guerra para luego realizar los interrogatorios.

Instruimos así a nuestros compañeros de dormir vestidos y con las botas puestas, intercambiar sus fusiles para evitar su identificación por el número de serie, colocar balas de guerra en los depósitos de los fusiles y pasar el seguro, limpiar la trinchera frente a las carpas, utilizada para evacuar desperdicios pero que esa noche sería utilizada de parapeto, donde tendrían que saltar una vez escuchadas las explosiones, sacando el seguro y disparando al aire en dirección a los camiones.

Derrotamos así el factor sorpresa del ataque, y los comandos subieron a los camiones más rápido de lo que bajaron, huyendo con destino desconocido.

Fuimos formados por secciones y nuestros oficiales nos amenazaron con pasarnos a Concejo de Guerra por faltas a la disciplina militar si no delatábamos a los organizadores de esta sorpresiva resistencia. Sin embargo nadie habló. No sirvió de nada que olieran las recámaras de los fusiles que habían disparado porque nadie tenía el suyo y no se podía responsabilizar ni individualizar a los autores de los disparos.

Así las cosas nos mandaron a dormir. Pero esta vez a las tres de la mañana, nos sacaron de las carpas semidesnudos y nos subieron a camiones para ir a dejarnos a varios kilómetros del campamento al que tendríamos que volver eludiendo emboscadas del “enemigo” que tendría dispuestas ametralladoras punto 30 y morteros con los que dispararían si éramos sorprendidos.

A la mañana siguiente, a diferentes horas, llegó cada una de las escuadras sin novedad, pero nos esperaría el plan de instrucción intensificado como represalia. Pero el cansancio de la falta de sueño y el esfuerzo de la caminata no fue impedimento para cumplir con las exigencias de ese día, pues saboreamos la victoria, nuestra primera victoria militar y de inteligencia.

Conocimos en esa experiencia militar, a quienes serían protagonistas años más tarde del golpe de estado y la dictadura militar fascista de diecisiete años a partir del 11 de septiembre de 1973.

Augusto Pinochet Ugarte que era general de la Sexta División de Ejército con sede en Iquique nos visitó y presenció nuestra instrucción e inspeccionó nuestras tropas.

Luego de la renuncia del general Carlos Prats en 1973, fue nominado Comandante en Jefe del Ejército. Poco tiempo antes de este acontecimiento, había leído el libro “Geopolítica” que escribiera para la Academia de Guerra en 1968. De su lectura concluí sin equívocos su ideología fascista. Por eso cuando el dirigente del Mapu, Carlos Bau nos visitó en Arica le pregunté acerca de su confiabilidad y su respuesta fue que era constitucionalista. Nunca pude aceptar que un hombre cambiara su ideología en tan poco tiempo. El golpe de Estado me daría la razón y el propio Bau como tantos dirigentes, comprobaría en carne propia su error de evaluación, pues fue hecho prisionero y torturado en la Academia Aérea en Antofagasta, donde fue brutalmente asesinado Eugenio Ruiz-Tagle.

Agustín Toro Dávila fue el Comandante del Regimiento Rancagua y más tarde sería el primer ministro de Agricultura de la Junta Militar y luego Rector Delegado de la Universidad de Chile. Haciendo nuestro servicio militar, “se nos ofreció” comprar su libro “Síntesis histórica militar de Chile”, del que recuerdo como interesante la descripción de las tácticas guerrilleras de los combatientes araucanos contra los españoles.

Odlanier Mena Salinas fue Jefe del Servicio de Inteligencia del Regimiento Rancagua, luego como consta en la página Web del Ejército de Chile, comandante del Regimiento Rancagua de Arica:

Posteriormente sería Jefe de la Central Nacional de Inteligencia reemplazando a Manuel Contreras.

Pero también conocimos y en este caso mantuvimos una estrecha amistad con varios de los clases, sargentos y cabos que fueron nuestros instructores y que colaborarían con nosotros ya incorporados a la vida civil.

Faltaban aún por escribirse nuevas páginas de nuestras relaciones cívico-militares durante el gobierno de la Unidad Popular, donde nuestra experiencia se podía resumir con una frase de José Martí: “Conozco al monstruo porque viví en sus entrañas”. (Extraido de: "A 30 años del nacionicidio en Chile").
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19 enero, 2004


LANZAMIENTO DE LIBRO DE JUAN PODESTÁ
El 19 de enero se realizó el lanzamiento del libro "La Invención de Tarapacá: Estado y Desarrollo Regional en Chile", de nuestro compañero y Sociólogo JUAN PODESTA ARZUBIAGA, (Ph.D), en la Sede de la Universidad Arturo Prat en Santiago, cuya presentación estuvo a cargo del cientista político y ex Ministro de MIDEPLAN, Sr. Luis Maira Aguirre. Este libro, resulta de particular interés para historiadores, políticos, economistas y en general para cualquier persona interesada en conocer las particularidades del desarrollo de la I Región de Chile en el contexto del interés trinacional que concita y los conflictos regionales y fronterizos, cuya única solución está en la búsqueda de un desarrollo sustentable y una política racional de integración. Cabe recordar que Juan Podestá fue Secretario General de nuestro Centro de Alumnos del CMDHC en Arica y ha sido Secretario Regional Ministerial de Economía y Planificación en nuestra región, así como destacado investigador y profesor de la Universidad de Tarapacá y actualmente de la Universidad Arturo Prat.
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