.............Directiva de Ex-Alumnos...............

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Juan Carlos Muñoz, Patricio Dekovic, Hugo Rueda, Wilma Hidalgo, Enrique Ibarra, Hermann Mondaca

22 junio, 2006

Jueves 22 de junio de 2006
No hay mañana sin ayer (IV)

Por Hermann Mondaca Raiteri, escritor y cientista social


Afirmamos en artículos anteriores, que desde 1929 hasta 1958 hubo una concepción de defensa de la soberanía en la zona de fronteras, la que hemos denominado, arbitrariamente, de "enclave o posicionamiento militar", que es coadyuvante para la integración tardía de Arica al desarrollo nacional, marcado desde los años 30 por el consenso de la sustitución de importaciones e industrialización del país.

Que ambas lógicas se revierten en Arica en 1958 a partir de la intervención y apoyo de Carlos Ibáñez del Campo expresada en la creación de la Junta de Adelanto de Arica y en una nueva política de defensa de la soberanía, caracterizada por el fuerte impulso del desarrollo de Arica y la Integración económica industrial, comercial, turística y cultural con los países vecinos y del Pacto Andino.

A partir del año 1973, se reposicionará nuevamente la lógica de defensa de la soberanía nacional que pone énfasis en el enclave y posicionamiento militar, inhibiendo el desarrollo de la zona de fronteras y la integración. Augusto Pinochet impondrá dicha visión por su doble rol de Presidente de la Junta Militar y de Jefe de las FF.AA.

No es menor decir, que esta lógica se consolidará también en la propia ciudadanía de la región, a partir del fantasma de la guerra con nuestros vecinos, entre los años 1973 y 1978. Estos hechos conmovieron a las ciudadanas y ciudadanos y no pasaron inadvertidos para nadie.

Deseo exponer tres elementos en torno a estos hechos.

1) Entre 1929 a 1973, lo que caracteriza las relaciones en la región es la armonía y la paz, exceptuando la tensión producida por el diferendo del Lauca en 1962.

2) La guerra siempre será la prolongación de la política por otros medios. Y en esos momentos existía un gobierno militar de corte nacionalista en el Perú y un gobierno militar de derecha en Chile.

3) Nadie podría aseverar que los ánimos guerreros y expansionistas provenían de las fuerzas peruanas, ni tampoco chilenas. Pero no es un hecho menor, para un país vecino, ver que la ciudad de fronteras, más próspera industrialmente de Chile, se desmantela de la noche a la mañana. ¿Si Tacna que se ve próspera, comenzara un desalojo masivo, no veríamos aquello como una alerta, como una preparación bélica? Esto no es un hecho baladí.

La guerra será siempre la incertidumbre para los pueblos y la paz será la certidumbre.

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